miércoles, 9 de mayo de 2012

Investigación sobre moral, sujeto a lineamientos curriculares éticos




Nuestra sociedad colombiana está enmarcada por un contexto de violencia, de injusticias, de desigualdades, de pobreza  y de otros aspectos que perturban  nuestra existencia social. Y en un afán por organizar esta sociedad tan quebrantada, se crean preceptos éticos como medio para controlar las individualidades que presentan sus ciudadanos, estos a demás pretenden regular comportamientos que se salgan de lo normativo, evitan morales particulares o de doble cara, aspiran que se limiten conductas apropiándose de esta moral adquirida desde nacemos en una sociedad reglamentada contractualmente. Y es que irrefutablemente somos seres sociales, políticos, y como tal tenemos deberes con la sociedad como bien lo dice Durkheim  en la educación moral (2002),
Si los individuos no son nada sin las aportaciones que reciben de su sociedad, es lógico suponer que una parte importante del sentido de la existencia individual consiste en actuar a favor de la sociedad
Pero esto aunque cierto, se sale un poco de la realidad al pensar que podemos o se puede educar en moral a personas con tan difíciles situaciones de vida. El gobierno trata por medio de la educación tanto de parte de la familia (que muchas veces no es ni funcional, ni disfuncional, o simplemente no existe) y la escuela formar seres morales, basados en postulados laicos, copiados de ideales europeos, con dirigente que profesan una religión censuradora de toda actuación humana.
Por esto es preciso hablar de una educación que sesga de múltiples formas la diversidad cultural que existe.
Y si pensamos en una educación desde la infancia, podemos notar que los jóvenes y niños de hoy, con diversos contextos están sujetos a estos lineamientos éticos impuestos por la sociedad, pero al plantear parámetros para comportarse y para ser dentro de una comunidad, se desconoce que existe tal variedad de mundos, se ignora igualmente que la educación también disímil esta ceñida a sus necesidades culturales.
Todos los adultos, y creo que especialmente por nuestro papel los maestros somos los educadores morales por excelencia.  ¿Es necesario educar en ética y valores?, sí, si vivimos en una sociedad, sí, pero analizando los diferentes contextos de vida de los educandos.
Emile Durkheim, cree que se debe educar en estos aspectos éticos,   puesto que para él  la moral es parte de la educación, puesto que somos seres sociales, lo que hacemos, lo que nos identifica, y posiblemente lo que pensamos no es más que una transmisión por tradición de la sociedad. La sociedad nos impone reglas  morales  que son imperativas estas nos conducen a conductas que son obligatorias para todos. La educación representa el desarrollo de la sociedad, para  Durkheim todos los hechos sociales deben ser explicados de acuerdo con su medio social,  y esto lo lleva a concluir que la educación como  fenómeno  debe ser diferente en cada sociedad.
“la educación es la acción que ejercen las sensaciones adultas sobre aquellas otras que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesaria para la vida adulta. Su objetivo es suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que de él exigen tanto la sociedad política global cuanto el medio ambiente especifico al que esta esencialmente destinado” Durkheim.
Según Durkheim lo que la educación pretende es que reprimamos nuestras pulsiones y las limitemos con las normas impuestas socialmente, para llegar a fines más elevados, cada sociedad crea un sistema educativo de acuerdo con sus necesidades. Estas necesidades contextuales, y también físicas-psicológicas características de su edad, requieren de una difícil labor.
Educar a un niño en la moral impuesta inicialmente no es tan sencillo, dice Durkheim, y muchos otros autores expresan también que  los niños primeramente pasan de una etapa a otra con premura, ellos están en constante movimiento, son egocéntricos, y no creen que deban regirse por las normas por las que los adultos se mueven, carecen de sentimiento de que sus necesidades tengan unos límites normales; los niños no saben distinguir entre lo posible y lo imposible.
De alguna manera lo que se pretende es domesticar el comportamiento primitivo de los niños, se trata de enseñar un espíritu de disciplina en el niño este donde el niño modera sus deseos y aprende el dominio de si, mediante el deber que es la moral en la medida en que se ordena, es esta moral concebida como autoridad, se trata del deber ser en la sociedad.  Otra forma de moral que se busca desarrollar en los niños es el bien, esta es concebida como algo  bueno, es un ideal al que la sensibilidad aspira de manera espontánea. Aunque inicialmente sea muy complicado normalizar el comportamiento de los niños existen predisposiciones a favor de la enseñanza moral, estas son la tradición infantil y la otra la buena receptividad del niño a la sugerencia sobre todo a la sugerencia imperativa.

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